Antes de comenzar con este estudio sobre la salvación es necesario que pongamos en perspectiva algunas cosas, y esto es necesario hacerlo hoy debido a la abundancia de falsas enseñanzas que tenemos hoy en día con respecto precisamente a esta doctrina tan pero tan importante.
Lo primero que deseo que pongamos en perspectiva es que La Biblia no fue escrita para confirmar nuestros razonamientos, sino para corregirlos. Lo que queremos decir con esto es que nosotros no debemos acomodar las Escrituras a mi forma de pensar, sino que mi forma de pensar ha de ser moldeada por las Escrituras.
Y esto es necesario aclararlo porque tenemos que recordar que la caída afecto absolutamente cada parte de nuestra naturaleza, y por ende nuestra lógica de manera natural va a chocar con la lógica de Dios, No estoy diciendo que las cosas de Dios son ilógicas, por el contrario son completamente razonables, el problema es que muchas veces choca contra lo que nosotros vemos como razonable o lógico. Entonces es allí donde debemos recordar una vez más que La Biblia no fue escrita para confirmar nuestros razonamientos, sino para corregirlos.
Por otro lado deseo citarles un párrafo de la confesión de Fe de Londres de 1689, El Capitulo y Párrafo 10 dice:
El juez supremo, por el que deben decidirse todas las controversias religiosas, y por el que deben examinarse todos los decretos de concilios, las opiniones de autores antiguos, las doctrinas de hombres y espíritus particulares, y cuya sentencia debemos acatar, no puede ser otro sino las Sagradas Escrituras entregadas por el Espíritu. A dichas Escrituras así entregadas, se reduce nuestra fe en definitiva.