Sermón del Monte 39 - El juicio de Dios - Juicio con discernimiento
Una vez hemos sido librados de ese espíritu incorrecto del cual el Señor habla en esta sección estaremos listos para enfrentar este pasaje de una manera correcta, con el espíritu adecuado.
Sermón del Monte 38 - El juicio de Dios - No juzguéis III
Hermanos la sección en la cual nos encontramos es esa sección que quiere dejar una impresión indeleble en nuestros corazones, esa impresión de que usted y yo estamos siempre bajo la mirada de nuestro Padre.
Sermón del Monte 37 - El juicio de Dios - No juzguéis II
De ese espíritu, justo de ese espíritu que cuando hace juicios lo hace no para la gloria de Dios sino para su gloria o la destrucción de la gloria de otros es que el Señor desea que nos deshagamos.
Sermón del Monte 36 - El juicio de Dios - No juzguéis I
Iglesia Una vez más podemos ver la grandeza de este Sermón del Monte, que penetrante es, que profunda de su enseñanza, más aún verdaderamente alarmante. Nunca ha habido un sermón como éste.
Sermón del Monte 35 - Los afanes y la poca fe
La razón por la que usted y yo debemos de tener mucho cuidado con las preocupaciones por la cosas de este mundo, es que de la preocupación a una actitud servil y esclava de estas cosas hay una pequeña linea.
Sermón del Monte 34 - Los afanes y la Soberanía de Dios
Hay que considerar dos aspectos principales en la vida del Cristiano en este mundo en relación con su padre — lo que el cristiano hace en privado, y lo que hace en público. Esto demuestra lo práctico que es este Sermón.
Sermón del Monte 33 - Los terribles efectos del pecado
En estos versículos 19-24, hay una enseñanza indirecta, implícita; y el no prestar atención a esta enseñanza de la Biblia irá necesariamente en detrimento nuestro.
Sermón del Monte 32 - Los tesoros II
Debido a nuestro pecado y la contaminación que este trajo no solo nada es durable sino un mal mucho mayor, las cosas no tienen la capacidad para satisfacer para siempre hombres y mujeres caídas.
Sermón del Monte 31 - Los tesoros I
Lastimosamente estamos viendo una generación de Cristianos que creen firmemente que se puede ser amigo del mundo y al mismo tiempo seguir siendo amigo de Dios. Este es el tiempo que nos tocó vivir a nosotros.